¡ay ángel caído qué me diste la luz y ahora estoy hundido en una inmensa oscuridad en la que sólo se refleja tu bello rostro...!
¡Ay mi ángel negro que arrebataste mi alma y no sé qué hacer sin ti!
Y ahora te vas, me dejas, en esta penumbra con el sabor de tu amor en mi boca.
Yo no sé qué va a ser de mí, después de verte a ti, pues quiero que esos ojos me miren para poder morirme en ellos.
(a Y. G. P.)
©Todos los derechos reservados.
https://www.safecreative.org/work/1601036164491-mi-angel-negro
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