jueves, 28 de febrero de 2019

EL JARDÍN TRÁGICO

El silencio es tan hondo, la luz es tan bermeja, 
tan trágica pavura gravita en el ambiente,
que el alma desolada y temerosa siente
anhelos de llamar a alguien que nos proteja.
Hasta la voz del agua muere en los surtidores.
Un eco -que es un grito de agonía- nos nombra;
y los árboles tiemblan al soplo de esa sombra
a cuyo paso se secan las almas y las flores.
¡Oh, jardín tenebroso, término del camino,
impenetrable y mudo, lo mismo que el Destino,
en ti muere el recuerdo, el amor, la esperanza!...
El silencio sentencia: "lo que ha sido será."
¡Tu vida es una sombra de una sombra que avanza,
sin saber de dónde viene, sin saber a dónde va!

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FRANCISCO VILLAESPESA (1877-1936)


miércoles, 27 de febrero de 2019

ROMANCE MEDIEVAL

ROMANCE MEDIEVAL

“A los moros por dinero, y a los cristianos de balde”

-Condesita, condesita,
de profundos ojos negros,
y manos blancas, tan blancas
como la flor del almendro.


¿Por qué lloras, condesita,
retirada en tu aposento,
apoyada en la ventana,
con la mirada a lo lejos?


-Espero a mi amor ausente,
a mi amor ausente espero,
que se llevó mi sonrisa,
que me dejó el desaliento.


Frente a la torre volaban
lúgubres pájaros negros.

-Ah, las ausencias de amores
son para el alma el invierno,

fría lluvia sobre el rostro,
nieve en el campo desierto.


¿Dónde se fue, condesita,
la música de tus sueños,
el azul de tus visiones,
y el ímpetu de tus besos?


-La guerra, siempre la guerra,
transformando los requiebros
en salvajes alaridos,
las esperanzas en tedio,
las caricias en heridas,
la alegría en desconsuelo.


Cómo se angustiaba el día,
ensombreciéndose el cielo,
protestando entre las nubes
las voces roncas del trueno.


-Le arrancaron de mi abrazo
porque me atreví a quererlo,
y del amante crearon
involuntario guerrero.


Lágrimas de soledades,
entremezcladas de miedos,
escribían en su rostro
las estrofas de un lamento.


-Ay, quién pudiera dormirse
para no advertir el tiempo
insensiblemente inmóvil
retrasando su regreso.


Qué pesada interrogante
se arrastraba por el suelo,
trepaba por las paredes
y empañaba los espejos,
eclipsando la esperanza,
nublando los pensamientos.


-¿Y si acaso no volviera?...
En sus labios entreabiertos
se percibían temblores
amarrados al silencio.


-Sin él quedará el castillo
como mi interior, desierto;
Nunca fui materia virgen,
ni carne de monasterio.


Sin él me iré, peregrina,
a las fronteras del reino,
y me ofreceré a los hombres,
nobles, hidalgos, o siervos,
a los cristianos de balde,
y a los moros por dinero,
como dijera la copla
de otro lugar y otro tiempo…


Qué fría está la mañana,
qué oscuro ha quedado el cielo,
qué dormido está el castillo,
en paisaje de silencio.


Hasta las aves parecen
haber suspendido el vuelo,
agolpadas en la almena.
Una campana a lo lejos
despereza el campo. Llueve.
Llueve fuera, y llueve dentro
del alma de la condesa.
El día es todo un lamento.


Por el llano van los bueyes
agitando los cencerros.
Abren horizontes grises
jinetes de carne y hierro,
con el cansancio a la espalda,
y al galope del regreso.


¿Dónde ha quedado el amante,
que no cabalga con ellos?


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(F. A. HIDALGO)



LA MEJOR CANCIÓN

LA MEJOR CANCIÓN
Deja que enamorado, enloquecido,
en tu seno recline mi cabeza,
y olvide, contemplando tu belleza,
todos los desengaños que he sufrido.
Como ya tu cariño he conseguido
y esclava es de mi amor tu gentileza,
las sombras de mi lúgubre tristeza
huyen a refugiarse en el olvido.
Mírame fija...¡Así!... ¡Más todavía!...
Siento en mis brazos, de tu carne el peso,
y aumenta el corazón sus pulsaciones...
Acerca más tu boca hacia la mía...
¿Quieres una canción?... ¡Pues toma un beso!...
¡Es la mejor de todas las canciones!

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FRANCISCO VILLAESPESA (1877-1936)


martes, 1 de enero de 2019

TU ÁRBOL


Déjame ser el árbol de tu huerto
y abrazarán tu suelo mis raíces,
penetrando en tus hondas humedades
con impulsos callados, lentos, firmes.

Te ha de cubrir mi sombra como un manto,
ciñéndose a tu cuerpo; y tus perfiles,
dibujados al sol sobre la hierba,
absorbidos serán e imperceptibles.

Y al tender el otoño hacia el invierno
su puente austero de colores grises,
extenderé la alfombra de mis hojas
y el sol ha de tener el paso libre.

Proyectaré la sombra de mis brazos
sobre ti, y al sentir que no resistes,
te ofreceré la múltiple caricia
de mis ramas desnudas y flexibles.

Pero al llegar los fríos de Diciembre
que atenúan el vigor y el alma exprimen,
presiento soledades dolorosas
en el jardín abandonado y triste.

Dame tu primavera en esperanza,
en verano y otoño no me olvides;
y aunque te alejes en el duro invierno,
seré feliz porque un día viniste.

(F.A. HIDALGO)


😍😍😍😍😍😍😍😍💘

sábado, 22 de diciembre de 2018

LUNA, DILE QUE LA QUIERO...


¡Qué luna más bonita brilla hoy! 

¿Estará ella mirando la misma luna? 

Luna, dile, por favor, que la quiero... 

Maribel 😍😍😍😍😍😍